«La Policía Local ha venido tres veces a precintarme la casa»

E. P. P. HUESCA 04/09/2010 a las 06:00

Uno de los afectados asegura que tiene hasta el certificado de fin de obra pero que ahora el Ayuntamiento quiere revocarle la licencia.

Abrió alguna ventana de más en lo que en principio tenía que ser un almacén agrícola. Uno de los 19 afectados por los expedientes urbanísticos que ha abierto el Ayuntamiento de Fraga por las viviendas irregulares construidas en terrenos rústicos admite este y otros «errores» pero también asegura que ni siquiera tiene una cocina en el interior. Sin embargo, «la Policía Local ha venido tres veces a precintarme la casa», asegura, aunque prefiere ocultar su identidad porque su caso está pendiente de juicio.

Con la licencia de almacén agrícola concedida por el Ayuntamiento, levantó su construcción en la que tiene un salón para hacer comidas con amigos pero donde también guarda el tractor y otros aperos. Desde luego, afirma que no vive allí. Sin embargo, a partir de un informe del Seprona, el Ayuntamiento le abrió un expediente y le envió una orden de derribo. Poco después, recibió una notificación de un juzgado de Huesca en la que le comunicaban que querían revocarle la licencia de obras. Según explica, su casa está terminada y con el certificado de fin de obra desde la primavera de 2009. Por ello, ha interpuesto un recurso para evitar que le retiren la licencia y tener que demoler su casa.

Pero después, la Policía Local ha acudido tras veces a su casa para precintarla. Según explica, la primera vez estaba fuera de España; la segunda, no tenían orden judicial y el abogado lo impidió; y en la tercera ocasión, la orden judicial permitía paralizar las obras pero su casa ya estaba acabada. Por lo tanto, sigue utilizando sus instalaciones.

Según recuerda, «fue con este mismo alcalde con el que el Ayuntamiento me concedió el permiso y también el fin de obra», asegura. «Si a nosotros nos hubieran dicho que nos iban a hacer tirar las casas, no hubiéramos construido nada», apunta. Sin embargo, todos se fiaron de que en la localidad existen muchas otras edificaciones de similares características con las que nunca ha existido ningún problema.

Para este propietario, estas construcciones son una forma de dar salida a unas tierras que, de otra forma, estarían abandonadas porque por la poca extensión que tienen no merece la pena cultivarlas. En su caso, ahora solo le queda esperar la decisión del juez.

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